Había una vez un hombre. Bueno, en realidad no era "una vez", más bien eran muchas veces, tantas como los días de su vida. El asunto de "hombre" también es dudoso, explicaré: al despertar era un perezoso, así se arreglaba y desayunaba, luego era una tortuga caminando para esperar el camión, se subía a este y se volvía una sardina, después se transformaba en vaca (como rumbo al matadero), llegaba por fin al trabajo, donde era una mula, al concluir sudaba como cerdo. Tenía ciertas aspiraciones, estudiaba por las noches, pero en la escuela todos le decían que era un burro. El día y los días así se terminaban, regresaba a casa y dormía como un oso que invernaba, en ese estado soñaba… ¡soñaba como un hombre! entonces sí era un hombre, supongo. Aclarando esto prosigo con la historia, Había una vez, que eran muchas veces, un hombre, que sí era un hombre, pero sólo lo era cuando no estaba consciente de serlo.
Fin.
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