septiembre 06, 2009

Inocencia



… sí, ese ruido yo lo conozco, es… ¡es papá, es papá! Me gusta cómo suena el carro de papá, ya lo reconozco bien; rrrrrrrrruuum y luego se frena de golpe. Lo aprendí ya hace mucho, porque cuando él llega ya todo está en silencio; no hay ningún ruido y de pronto llega. Y como me estoy durmiendo tarde alcanzo a escucharlo. ¡Mamaaaaaaaaaaaaá, es papaaaaaaaaaaaaá!
Mamá es bien floja, se duerme luego-luego, ella ni hace nada; papá va al trabajo, yo a la escuela y ella se queda siempre en casa… ni hace nada. Mamá, ya llegó papá, levántate, levántate… en verdad que ella es muy floja y sí que se batalla para despertarla. Eeee, hay Fernandito, qué haces despierto… ya es muy tarde. Y tu papá… híjole, no, vete para tu cuarto que tu padre ha de venir cansado. Ándale vete. Yo no le creo, es cierto que papá trabaja mucho, saben, es bien difícil lo que él hace… ni se lo imaginan: él levanta casas o edificios, en ocasiones nada más paredes y ya, pero casi siempre casas enteras. Se necesita mucha fuerza. Yo quiero ser como mi papá cuando sea grande. Pero no le creo a mamá que él venga cansado, escúchenlo, si viene muy feliz, haciendo mucho ruido. Pero si viene cantando, mamá, déjame jugar un rato con él, por fa, por fa… A ella no le importa que casi no vea a papá y de todas formas me manda a la cama, a veces es bien mala… pero le haré caso, además tiene razón; mañana tengo escuela, aunque yo sólo llegaré hasta quinto, hasta allí llegó papá, la escuela no es tan necesaria como lo quieren los adultos.
Papá, papá ¿cómo te fue hoy? ¿dime, qué hiciste? ¿y quién es ella? Papá viene acompañado de una mujer, los dos se tambalean y ríen, mi padre es muy gracioso. Eee, mijo. Cómo está campeón, ya vio a su padre; todavía es entrón, ¿qué le parece ee? En eso mi madre sale como loca y comienza a gritarle a papá, ella se preocupa por todo, se la pasa regañándome, y si no es a mí, es a papá, siempre, siempre regañándonos. Qué, quién es ella, más te vale que te lleves a esa mujer de mi casa y la dejes en la cantina de donde la sacaste. Papá no se asusta con los gritos de mamá, yo sí, apenas me grita y no sé por qué, empiezo a llorar, luego que lloro, ella sigue gritando, pero más fuerte y termina por pegarme. Pero papá no se asusta. Ella, ella no es de ninguna cantina… es… es una… amiga… que necesita una cama… le dije que se quedara aquí esta noche… pa´ que te vayas pal sillón. Les digo que papá es muy buena persona, siempre trata de ayudar a la gente, pero mamá no lo entiende, ni a mí, y le sigue gritando. Qué te pasa, cómo se te ocurre traerte a tus mujeres aquí… en frente de Fernandito. Eres un pendejo. Ahora papá sí se enoja, mamá siempre me dice que no diga maldiciones ni insulte, pero ella siempre dice malas palabras. Vete Fernando, vete a tu cuarto. Como les digo, mamá hizo enojar a papá, él venía tan contento. No sé por qué mamá hace estas cosas, es como la otra vez que jugaba con las piedras, a aventarlas a las casas de abajo, era muy gracioso y luego llega mamá y lo agüita todo. Pero papá no le tiene miedo a mamá, él le grita más fuerte. Déjalo, déjalo, pa que sepa que su padre es bien hombre y le entra a las viejas buenas, no como tú que ya estás toda aguada y gorda, debería partirte la madre. Ella me abraza, ahora ella es la que llora y tiene miedo, ya ves lo que siento yo cuando tú me gritas. No gordo no me pegues en frente del niño, vete Fernando, vete al cuarto. Pero yo me quiero quedar, quiero ver a papá ser un hombre, así que no me muevo, aunque ella me empuja pal cuarto, yo no entro, me quedo como si nada y ella sigue llorando y pidiéndole a papá que no le pegue, yo cuando le pido que no me pegue ni me hace caso y me da unas nalgadas bien fuertes. Me dice papá: Ándale ya mocoso, vete pal cuarto, ten pinches diez pesos pa que mañana te compres unas mugres. Entonces es otra cosa, él no me empuja, hasta me da dinero, me voy hora sí pal cuarto, pero sigo escuchando. Pinche vieja, no más tas jodiendo. No me pegues gordo te juro que ya no digo nada. Pos orale ya deja de llorar, chingados contigo. Es qué por qué, por qué la traes y me dices eso, ¿crees que estoy pendeja o idiota? y en frente del niño. Puta no que te ibas a callar, y sigues… si quieres no la traigo y me voy y ya no regreso, a ver cómo le haces, a ver quién te mantiene. Ni traes dinero te lo estás gastando todo. Bueno entonces ¿si quieres que me vaya?

Yo no quiero que papá se vaya. Por qué mamá es así, él sólo quiere ayudar a su amiga.

Eee, responde… ¿quieres que me vaya? No gordo… no… quiero. Bueno órale, entonces váyase pal sillón y ya no me esté chingando.

Se oye que mamá grita un poco más y después como si algo se cayera. Su llanto se hace más grande
Pendeja, fíjate como caminas.

Mmm, mamá se ha de haber tropezado, a veces es muy descuidada.

Ay, qué malo eres, no le grites así a tu mujer. Es que no entiendes, a veces me desespera. Pos déjala. No, es que si la quiero mucho y ella es la madre de mi hijo. Uyy, que buen padre me saliste. Sí, pero ya dejarnos de cosas… vámonos pa la cama que tanto trabajo me costó sacar a mi vieja.

Se escucha que sierran la puerta y comienzan de nuevo a reír. Mamá sigue llorando, pero ya menos.
Yo tengo un poco de sueño, así que también dormiré, espero despertar pa cuando papá se vaya… ya también distingo el carro cuando lo prende, primero es pfpfpfp rrr, pfff ppff rrr, luego él grita órale pinche carro, luego pffpff y rrrrrrrr y se va. Me gusta mucho el carro de papá.
Cuando crezca quiero ser como papá.
Mañana me voy a comprar unas papas con los diez pesos, y a mamá un chocolate, yo también la quiero mucho.

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