Me gustaría escribir o decir algo que no se haya escrito o dicho ya en este libro,
Pero creo que he llegado tarde.
Es sencillo suponer, entonces,
Que el mundo se inclina a que vos tengas siempre una vida plena y netamente alegre.
Sólo falta que tú, niña, jovencita o mujer, como quieras hacerte llamar,
Te des cuenta de esto.
Te des cuenta de esta terrible obviedad que dicta así:
El universo entero te quiere;
El universo entero te quiere, y eso no es de a gratis,
Te lo has ganado a pulso.
Te lo has ganado por la sonrisa fresca con la que despiertas cada mañana,
Por la mirada de cielo que brinda cierto alivio y paz a muchos otros pueblos
Y también, no hay que olvidar,
Por el tormento de tu malicia que nos recuerda que aún hay inferno,
Te lo has ganado a pulso, a fin de cuentas, por ser como eres.
Que por ser como eres, el universo entero te quiere
Y hoy se ha dispuesto a gritarlo,
Tal vez por medio de un vals no de ensueño,
O por un tipo que lanza fuego.
Y pues, sólo se me ocurre decirte esto:
“Que el universo entero te quiere”,
Pero, eso, no es nada nuevo,
Ya se ha escrito y dicho antes.
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