enero 04, 2011

La Hoja


La hoja blanca dice más de mi persona que cualquier palabra, que cualquier frase. Ni siquiera la combinación de anécdotas se acercan un poco a la descripción de mi ser, como lo hace la hoja blanca; sin escrito alguno.

Por las mañanas saco una hoja limpia, la miro y así pasan las horas. El papel y Yo frente a frente, no nos hablamos, entre almas gemelas no son necesarias las palabras. Sería absurdo decirle algo cuando ella conoce a la perfección lo que siento. Yo sin embargo Soy más retardado, me cuesta trabajo descifrarla. Guardo la hoja y salgo a la calle, camino sin rumbo, de pronto me detengo – ya me he cansado – tomo como asiento cualquier banqueta. Pienso en la hoja y regreso desesperado a casa; tengo tanto que contarle a mi estimado papel, mierda no importa que me digan loco, le hablo y le susurro al oído: hoy he salido a dar un paseo, las nubes cubrieron mi camino y matizaron las calles de gris. El talón derecho ardió como no tienes idea, el dolor subió hasta el muslo, por lo que tuve que detenerme, una banqueta de lo más linda me brindo hospedaje, no por eso la aventura terminó. Supongo que se avecinan lluvias, allí en la banqueta que te he dicho, pasaba una línea de hormigas cargando suministro, una pequeña se perdió y empezó a dar vueltas como loca; giraba el puntito rojo, mientras rojos se volvían mis ojos. Giraba el puntito rojo, mientras mi corazón se revolvía a su antojo, y entre tantos giros y giros, vueltas y peripecias, mi alma como rehilete con el viento se escapó, no importando el dolor corrí tras ella, la alcancé de inmediato y la sujete con fuerza, y aquí estoy hoja blanca, con el alma de fuera y el corazón agitado. Aquí estoy hoja blanca contando lo que hoy me ha pasado.

La hoja, sin hacer movimiento alguno me escuchó. Volvemos a cruzarnos las miradas, ella sigue blanca muy blanca. Me sonríe y Yo le devuelvo el gesto. A un lado está la pluma que chilla: venga, utilízame. Escribe un poema sobre nubes, sobre calles grises, o… o mejor un cuento que trate de puntos rojos que alteran la mente y la realidad del protagonista. No le hago caso, esto es entre Ella y Yo.

Guardo la hoja y me echo a dormir, mañana será otro día.

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