Yo no sé bailar, pero bailo

Construyamos un baile nuevo, sin ritmos definidos ni movimientos complicados, que estos estén llenos de incoherencias y locuras, de risas y demencias, de tropiezos y pisotones. Un nuevo baile donde el impulso y la espontaneidad sean los compases que definan lo no definible.

Construyamos una pista que no sea un punto o una gráfica de dos planos, sino un mundo o un universo entero: sin límites conocidos y aparentemente eterno, y que tengamos que girar por ella completamente antes de encontrarnos, o en su defecto: encontrarnos para girar en ella completamente.

Construyamos un baile nuevo, en el que la música no sea de orquesta ni de banda o de cualquier otro tipo, sino vital ¡que la música sea sólo vida y nada más!

Inventemos un baile sin protocolos o reglas. Inventemos un bailo o no, yo bailo.