enero 10, 2010

Sueños de grandeza



Mientras los demás discutían

En qué posición estarían

¡Qué defensa o delantero,

Lo que sea menos portero!

El pequeño Samuel muy discreto

Ya se había vestido de negro


Los otros chicos corrían tras el balón

Todos por el intento de meter si quiera un gol,

Samuel en cambio corría tras ellos

Estos eran en verdad sus sueños:


¡Ha sido falta y no ha sido gol!

Gritaba Samuel, controlando la situación.

Un día agradecidos con él estaban

Pero al otro, a su madre le recordaban.


La sorpresa la dio al escribir su carta de navidad:

No quiero juguetes ni nada especial

Solo dos tarjetas para poder jugar

Una amarilla y la otra para a la gente expulsar.


Qué tonto, qué desatino

¿Por qué me vino este hijo

que no le gusta Ronaldinho?

En cambio en su cuarto

La imagen de un árbitro

Así adornaba su entorno

Con el autógrafo de Germán Arredondo


Se decía su padre muy triste

Ay, Samuel, por qué te confundiste

La grandeza está en el campo

Pero no se haya silbando.


De alguna forma te tendré que componer

Y lo inscribió en una liga de soccer

Como delantero el número nueve lucía

Metía muchos goles, pero sin alegría.


Llegó a la selección

Y a ser campeón

Hasta que un incidente cambió la situación


Perdió de buen futbolista su imagen

Cuando lo eligieron para hacerse un examen

Sabía muy bien de matemáticas y geografía

Pero el examen era sobre si alguna droga consumía


En los periódicos se dio esta noticia:

Para superarse como deportista

Samuel juega dopado

Pero él contestó que no,

Pues el ser deportista nunca le ha interesado.


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