Tengo tanto miedo a la soledad, como lo tengo a tu presencia misma. Huyo despavorido de la primera y de la segunda lo hago igual, pero con un poco más de fervor. Después, después me lanzó al viento queriendo fingir un poco de pretensión filosófica o poética, obligo pues a la pluma a que produzca algo, cierta frase que derrumbe muros, que taladre corazones, que divida pasiones y que aniquile, de una vez por todas, la imagen celestial de vos, divinidad que, es necesario decir, Yo absurdamente he añadido a tu ser.
Te borras, entonces, como un falsete que va perdiendo potencia y que con en el tiempo se diluye la sonoridad, queda el silencio, queda el mundo sin ti. Quedo Yo con las cosas, con lo otro, lo otro que ya no huele, ya no sabe, ya no lo siento – quedo yo y mi soledad – pero esta no puede ser sino se comparte, yo también muero, muero de miedo. Y entonces, antes que suceda mi fallecimiento, te busco, te encuentro (me Siento y te Siento), y como un evento desesperado me abrazo a tu existencia.
Caminamos juntos de la mano y te encuentro en todo, eres lo todo que me gusta y disgusta de las cosas, eres lo verde en los árboles, el aroma en las flores… eres lo otro que me hace ser, y eso me llena de pavor, un temor lindo y delicado, digno de ser vivido; amado y odiado a la vez.
Tengo tanto miedo a la soledad, como lo tengo a tu presencia misma.
Tiempo sin escribir Isaac, pero admito que me ha gustado y tambièn me proyectè xD
ResponderEliminarSaludos Isaac