noviembre 27, 2010

Soy la noche



Me entretengo observando la noche, y la oscuridad se vuelve mágica; un poco mística un tanto natural. Me deleito observando la noche y ya no estoy tras los cristales, ya no estoy siquiera en el movimiento original, me he perdido en un no sé qué, dentro de un mundo que la verdad ya no me interesa; resulta tan vano.

Me entretengo, me deleito, me satisfago y caigo en la cuenta por fin, que he dejado de observar a la oscura. Ahora, quizá por un momento, un momento eterno, convivo y soy la noche misma.

Extensiones de mi cuerpo divulgándose por doquier, danzando entre luminarias, recorriendo por nebulosas y cantando a las divinidades de los locos que se creen enamorados.

Soy la noche, mi bella amada, la noche que te encierra y que se aleja para dejaros vivir. Soy la noche mi bella princesa, la noche que se encuentra más allá de las realidades humanas, aquella que alberga duendes, seres míticos y demencias incontroladas.

Soy la noche, Soy la noche, mi apreciable señorita y os permito que duerma en paz


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